lunes, 12 de noviembre de 2012

8N- San Luis: LA CORTA MARCHA


MUCHO RUIDO... Y POCAS NUECES

Luego de varias semanas de promoción, tuvo lugar la manifestación de la oposición al kirchnerismo. Dependiendo de que medio usted haya utilizado para informarse sabrá que hubo entre 900 y 3000 personas, aunque lo curioso tiene que ver con la duración de la "protesta", para lo cual ni el más arriesgado de los cronistas pudo estimar en más de 20 minutos.



La más sincera en la marcha, ella no ocultó su desconformidad ideológica, ni sus reclamos poco democráticos. Si alguien puede que le regale un libro de historia.





En San Luis asistieron entre 900 y 3000 manifestantes, que apenas pudieron estar juntos unos veinte minutos.

Esta vez la constante refrenda de las actitudes que pudimos ver en el cacerolazo de septiembre (“Yegua, Hija de P…”, “Quiero mis dólares” “Les dan la AUH para que se sigan multiplicando estos negros” entre otras barbaridades) fueron saneadas en un intento de potabilizar una protesta de quienes (en la mayoría de los casos) han perdido privilegios en manos de las "hordas kirchneristas" beneficiarias de una política para las mayorías, mayorías que han comenzado a tener más derechos que antes. Ampliar derechos para estas personas está mal... también desean que se vayan todos, todos los que fueron legítimamente consagrados por el voto popular.

En esta ocasión, las declaraciones que obtuvieron los medios fueron diferentes. Parecen haber entendido que mostrar su odio, por reclamos mezquinos, no es rentable para sus fines, ya que la sociedad tomó mal sus anteriores expresiones reaccionarias y despectivas. 


Entendieron que la mayoría de las personas (al menos un 54%) se vio ofendida con tales insultos,  porque pretendieron menospreciar la legitimidad de un gobierno democrático, con mayoría en ambas Cámaras, que es aplaudido internacionalmente por algunas de sus políticas de vanguardia (LSCA, AUH, matrimonio igualitario, identidad de género, entre otras) y que fue elegido apenas un año atrás.


Parece que esta vez la “Organización del 8N” decidió bajarles línea a quienes saldrían a defender los intereses de las corporaciones y de la derecha más reaccionaria, que tanta sangre le costó a nuestro país.

Fue curiosa la confección de la “cartelería” que se utilizó en San Luis durante los míseros 20 minutos que se dieron para este “gran día” (según Mi Reino Mis Reglas). Varios de los carteles que eran portados por personas diferentes mostraban la misma caligrafía, como si alguien se hubiese tomado la "militante" (¿puede llamarse así?) tarea de hacer las “pancartas para todos”… 


Nobleza obliga, hay que reconocer que hubo una señora que fue la más sincera de la CORTA MARCHA, en su cartel-disfraz (con caligrafía propia) se animó a decir la verdad de la milanesa “Basta de Comunismo, ni Socialismo. Argentina sin Cristina”, el reclamo es claro... Piden mayor desigualdad, quizá más de la que hubo antes; entendamos que no es muy simpático para las clases privilegiadas que los que menos tienen  accedan a más derechos, y que, encima, continúen ampliándolos desde la Nación, Provincia (no es nuestro caso) y  Municipalidad. Ya sabemos que perder privilegios genera odio, y que desde 2003 nuestras clases patricias (la derecha, la iglesia, la sociedad rural, Clarín, La Nación, Macri, Carrió, Bulrrich, entre otras "joyas" de nuestro país) deben bancarse que los gobierne la mejor estadista que dio este querido país, Cristina Fernández de Kirchner, y que sean ellos por primera vez los postergados… postergados en sus deseos de un Estado débil frente al poder económico, y donde los pobres sean cada vez más pobres.

A pesar de que varias manifestaciones a lo largo del país contaron con un número muy significativo de activistas anti-k, y también a pesar de un fuerte impulso mediático, la marcha de San Luis fue seguramente la más triste del país.

De todos modos queremos afirmar que nuestra ideología nos demanda pensar, y concluir, que no pudo nunca haber sido feliz, o menos triste, una manifestación donde los motores de la misma se denominen "espontáneos", y en realidad respondan al odio de quienes optan por usar a la gente para que vaya a este tipo de eventos a defender los intereses de las corporaciones y el establishment.

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