lunes, 10 de abril de 2017

Volver con la frente marchita...

En psicología te dirían "soltá". Como los criminales que vuelven al lugar del hecho en estos días se vio a un sujeto gordito volver al sitio donde realizó todas sus macanas.


"Vuelvo vencido a la casita de mis viejos..."

Meditabundo, dudando si tomar el ascensor que lo llevé al perdón, acuciado por los fantasmas de la represión que vio anoche, de su aliado partido que gobierna el país, contra los docentes. 

Mientras miraba la pirámide recordaba los viajes gratarola que le pagamos todos a India, Australia, Panamá...

Ahora solo tiene una mochila cargada de ansiedades, queda pegado con todo lo que están haciendo sus socios políticos de Cambiemos: la represión macrista, la pobreza que se incrementa, los sueldos bajos... ¿cómo hacer campaña sin decir que es de ellos, que va con ellos? 

Sigue haciéndose el boludo y timbrea como buen alumno del PRO negando que está con el PRO.

El arrepentimiento le viene por oladas, se refugia en un narcisimo jodido. Yo, yo, yo. Las selfies, la foto personal siempre, hasta cuando no corresponde. Toda la personalidad asentada sobre nada firme. Todo lo que tiene es prestado.

El inconciente lo ataca y le da pánico que en algún momento los puntanos más lentos se terminar de dar cuenta que no se puede engañar a todos todo el tiempo.

Ahí es cuando piensa en volver a la casita de los papis que lo criaron y a los que traicionó, ahí es cuando no puede evitar la pulsión de volver a caminar el Portezuelo y fantasear que sigue siendo lo que ya no es.

Un psicólogo A LA DERECHA!

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